2020. Un año de escritura.

 




Dije que este año no haría resúmenes, pero aquí estoy, queridas amigas.

Ha sido un año extraño para todos debido a la pandemia. No obstante, en lo particular, además de eso creo que ha sido un año productivo, dentro de lo que cabe (nunca he sido una escritora rápida, ahora tampoco, ojalá). Ya que he conseguido acabar el primer borrador de una novela corta (de momento), encaminar la segunda revisión y hasta empezar otro proyecto.

Mejor voy por partes. 

El año comenzó con una convocatoria de novela romántica de Dorna

Es cierto que escribir romántica no estaba en mis planes al principio, pero tenía una idea ahí que por supuesto incluía la fantasía y me puse a ello. Hasta que al cabo de un mes o dos como mucho me atasqué. Lo abandoné sin intención de retomarlo en una temporada.  

Entonces llegó el confinamiento. 

Mucha gente aprovechó para escribir, yo no quise ser menos, así que saqué el cajón una de las decenas de ideas que están esperando a ser contadas y empecé a escribir el primer borrador. Salió regular. Además me quedé bastante corta, para variar. 

En verano decidí darme un descanso después de mucho tiempo sin parar de escribir. El calor tampoco ayuda, la verdad. Retomé el segundo borrador del segundo proyecto cuando ya hacía mejor tiempo. Así a lo tonto logré (casi) acabar algo con lo que estaba más satisfecha y de paso escribir la historia más larga hasta la fecha (alrededor de 13.000 palabras es un récord para mí). 

Como soy una ansias se me ocurrió ¿y por qué no intento escribir un proyecto en un mes (o dos) ya que estoy? ¿y si ese proyecto es además es el que traté de hacer a principios de año? porque claro, los borradores tienen que reposar y como tengo tantas ideas no es cuestión de parar (podría, pero no).

Y en ello estoy todavía. No sé si conseguiré mi meta. Lo intentaré al menos, si no pues no pasa nada. 

En resumidas cuentas, 2020 no se puede decir que haya sido mi año en este aspecto.

Sin embargo, ya puedo decir orgullosa que le dado una patada al bloqueo en cual estaba sumergida desde hace no sé cuanto tiempo. Sobre todo he aprendido a divertirme escribiendo, a resolver tramas y a descansar. Pero todavía me queda un largo trecho por recorrer: aun no me he enfrentado a las correcciones, ni a los beteos, ni tampoco a las editoriales. 

Creo que mi forma de plantear historias a cambiado mucho con el tiempo. A mi yo del pasado no le habría importado escribir grimmdark o fantasía oscura con personajes grises, antihéroes y drama (si hubiese sido capaz de acabarlas lo habría hecho). Ahora me apetece escribir lo contrario: fantasía simplemente, tal vez con un toque de humor y personajes torpes, indecisos, introvertidos y a lo mejor un poco drama, pero no mucho.

No descarto escribir sobre vampiros, hombres lobo y fantasmas en un futuro, eso sí (bueno, ya lo hecho de forma breve). Las influencias siguen ahí, saldrán tarde o temprano.

He puesto la primer piedra, por así decirlo. 

Ya era hora.

Comentarios

Entradas populares